VIH y Embarazo
Las mujeres infectadas con VIH corren el riesgo de transmitirles la infección a sus bebés. Aproximadamente el 25% de todos los bebés nacidos de mujeres embarazadas VIH-positivas están infectados con este virus. Aquí encontrará lo que necesita saber acerca del VIH y el embarazo.
¿Qué el el VIH?
El virus de inmunodeficiencia humana, o VIH, es una enfermedad de transmisión sexual (ETS). La misma es una infección viral que puede transmitirse o contagiarse a través de sexo vaginal o anal sin protección, mantenido con alguna persona que esté infectada con este virus.
El mismo también puede contagiarse a través de jeringas usadas por más de una persona (las más comunes son aquellas usadas por las personas que se inyectan drogas ilícitas, pero también puede ser transmitido por medio de las agujas utilizadas para realizar tatús o piercings); además de poder contagiarse a través de la leche materna, o mediante el contacto con la sangre de personas infectadas con esta enfermedad.
Una vez que esté infectada con este virus, el mismo comenzará a atacar su sistema inmune. A pesar de que podría sentirse sana y saludable y no dejar entrever ninguno de los síntomas de la presencia de VIH, el interior de su sistema inmune se estaría deteriorando muy lentamente.
El tratamiento para el VIH incluye el uso de drogas antivirales, las cuales pueden ayudar a minimizar el daño causado en su sistema inmune y, a su vez, pueden lograr mantenerla sana por más tiempo.
No obstante, muchas personas infectadas con VIH llegan a desarrollar SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). A pesar de que el uso de medicamentos pueden ayudar a prolongar su vida por varios años, una vez que haya contraído SIDA, la infección ha demostrado ser fatal.
Síntomas del VIH
A diferencia de muchas otras ETSs. que cuentan con signos y síntomas distintivos; muchas personas que están infectadas con VIH no llegan a darse cuenta de ello, debido a la falta de síntomas que dejen entrever la presencia de esta enfermedad. Se ha estimado que una de cada tres personas están infectadas con VIH, y probablemente no se hayan dado cuenta de ello.
Si llegara a surgir algún síntoma que dejara entrever la presencia de VIH, podría ser fácilmente confundido con los síntomas propios de la gripe.
Los primeros síntomas de VIH tienden a incluir: dolores musculares, fiebre baja, dolores de cabeza o jaquecas, fatiga, e inflamación glandular. Estos síntomas pueden llegar a durar desde una semana hasta un mes. Por otro lado, el virus podría permanecer inactivo en su sistema durante una gran cantidad de años.
El VIH y el Embarazo
Existen un gran número de pasos que debería seguir para evitar transmitir la infección del VIH a su bebé si estuviera embarazada, Primero que nada no se debe alarmar si usted es positiva respecto a alguna ETS y para determinar si está o no embarazada es necesario realizarse pruebas de embarazo. En caso de ser una persona positivaEl hecho de consumir o utilizar drogas antivirales, de someterse a una cesárea y de no amamantar a su bebé podría disminuir el riesgo de que su hijo/a contrajera el virus, hasta llegar a un porcentaje menor a un 2%.
Los Medicamentos para el VIH Durante el Embarazo
Si en la actualidad estuviera consumiendo medicamentos para el VIH que la ayudaran a controlar la infección y si depues de su pruebas de embarazo ha dado positivo, debería discutir con su doctor si es necesario cambiar el régimen de drogas, teniendo en cuenta que está embarazada.
Las mujeres que actualmente no están consumiendo ninguna clase de medicación para el VIH también deberían discutir con el profesional médico que las estuviera atendiendo los riesgos y los beneficios de comenzar un tratamiento que podría ayudar a protegerlas tanto a ellas como a sus futuros bebés.
Ciertos medicamentos especialmente desarrollados para tratar el VIH no deberían ser usados durante el transcurso de su embarazo, ya que han demostrado ser los cuasantes de defectos de nacimiento.
Entre ellos se incluyen:
- Efavirenz (Sustiva).
- Stavudine (Zerit).
- Amprenavir (Agenerase), en suspensión oral.
- Hydroxyurea.
Aún no se han analizado otras medicaciones ni se ha probado que las mismas son seguras e inocuas para ser consumidas durante el embarazo. Lo más recomendable sería que hablara con su doctor de cabecera acerca de los pro y los contra de cada una de las medicaciones desarrolladas para tratar el VIH.
Un tratamiento para el VIH que es altamente recomendable para todas las mujeres, es el ZDV (también conocido como zidovudine o AZT). El hecho de someterse a una terapia con ZDV durante el embarazo ha demostrado tener una efectividad cercana al 70% en lo que respecta a eliminar los riesgos de transmisión del VIH entre la mamá y su bebé.
Éste es un tratamiemto pre-parto que debería ser iniciado entre la semana 14ta. y la semana 34va. de su embarazo.
Durante el embarazo, a las mujeres se les aconseja tomar 100mgs. de ZDV cinco veces al día, 200mgs. tres veces al día, o 300mgs. dos veces al día. El ZDV debería ser administrado por vía intravenosa en el momento del parto y del alumbramiento.
Si tuviera que someterse a una cesárea, el tratamiento debería comenzar tres horas previas a la cirugía. Luego de haber dado a luz a su bebé, el mismo/a también necesitará consumir dosis líquidas de ZDV de manera regular, cada seis horas durante las primeras seis semanas luego de su nacimiento.
Parto y Nacimiento
Las mujeres VIH-positivas deberían someterse a una cesárea en la semana 38ava. de su embarazo, o podrían dar a luz a su bebé por vía vaginal. Lo que decida dependerá de sus circunstancias particulares.
Una cesárea sería recomendable para aquellas mujeres en las que su carga viral aún fuera desconocida en la semana 36va. de su embarazo, o para aquellas que tuvieran más de 1000 bacilos/mL; para las que no consumieran drogas antivirales, para las que sólo tomaran ZDV durante sus embarazos; o para las que no hubieran recibido ninguna clase de cuidado prenatal anterior a la semana 36ava. de su gestación.
A pesar de que las cesáreas disminuyen el riesgo de que la mamá le transmita el virus a su bebé, la misma es considerada como una cirugía mayor, y conlleva algunos riegos asociados.
Una mujer infectada con VIH debería considerar el hecho de tener un parto vaginal si su carga viral fuera inferior a 1000 bacilos/mL, si estuviera consumiendo ZDV acompañado o sin ser acompañado por otras medicaciones para tratar el VIH o si hubiera recibido los cuidados prenatales necesarios durante el transcurso de su embarazo.
El riesgo de transmisión del virus del VIH de madre a hijo/a es mayor cuando la mujer decide dar a luz a su bebé mediante parto vaginal. Además, sería una muy buena idea evitar el uso de instrumentos quirúrgicos para el parto natural, ya que los mismos podrían pinchar la piel de su bebé recién nacido; logrando de esta manera minimizar la mezcla de su sangre con la de su bebé tanto como fuera posible.
Nuevos estudios científicos han sugerido que la transmisión del VIH de la madre al bebé podría ocurrir como resultado de pequeñas pérdidas o filtraciones en la placenta cuando la mujer parturienta estuviera experimentando contracciones propias del trabajo de parto.
Estos hallazgos son consistentes con el hecho de que las mujeres tienden a no transmitirles el virus a sus bebés si se someten a una cesárea- antes de comenzar con su trabajo de parto; aunque las mujeres que deban someterse a una cesárea de emergencia luego de haber comenzado con las contracciones del trabajo de parto, sí podrían transmitirle el virus a su bebé.
Como consecuencia de ello, a las mujeres infectadas con VIH se les debería recomendar el uso de drogas antivirales antes de comenzar con el trabajo de parto.
Análisis para el VIH
Poco tiempo después de que su bebé nazca, al mismo/a se lo someterá a una serie de análisis para detectar si es portador o si está infectado con el virus del VIH. Luego deberá comenzar con el tratamiento con ZDV.
Aproximadamente 6 semanas posteriores a su nacimiento, cuando el tratamiento con ZDV haya finalizado, deberá someterse nuevamente a más análisis médicos para saber si está infectada/o si el virus del VIH está presente en su organismo.
A diferencia de los exámenes médicos para el VIH a los que deben someterse los adultos, los cuales se encargan de medir el número de anticuerpos del VIH presentes en su sistema; la sangre de su bebé recién nacido será analizada para detectar si contiene vestigios de este virus.
Ésto se debe a que los niños reciben sus anticuerpos a través de sus mamás. Como consecuencia de ello, si sometiera a su bebé recién nacido a una serie de exámenes médicos para analizar los anticuerpos del VIH siempre arrojaría un resultado positivo, a pesar de que el niño/a podría no estar afectado con dicho virus.
A su bebé se le debería realizar un conteo completo de glóbulos y plaquetas, el cual mediría tanto sus glóbulos rojos como sus glóbulos blancos, sus plaquetas, sus hematocritos y su nivel de hemoglobina.
Un nivel anormal de alguno de estos componentes podría indicar la presencia de algún problema. Su bebé también debería ser monitoreado para detectar si padece anemia, ya que éste es uno de los efectos secundarios más comunes del tratamiento de ZDV de seis semanas.
Luego del Nacimiento
Durante el período postparto, debería cambiar su régimen de medicamentos o dejar de tomar medicación antiviral, todo al mismo tiempo. Lo más recomendable sería que discutiera este tema con su doctor antes de proceder a cambiar o a dejar de consumir su medicación.
Debido a que el VIH puede ser transmitido a través de la leche materna; a las recientes mamás se les acoseja alimentar a sus bebés con leche de fórmula en lugar de amamantarlos.
Entre la cuarta y la sexta semana posteriores al nacimiento, su bebé debería comenzar a recibir el tratamiento para prevenir la neumonía, conocido como P. carinii/jiroveci (PCP). La PCP es una infección muy grave que provoca que los pulmones se llenen de líquido, y a su vez, es considerada una enfermedad propia de las personas que padecen de SIDA.
Si su bebé desarrollara PCP, sería diagnosticado con SIDA. El tratamiemto para la PCP podría ser discontinuado una vez que el análisis de VIH de seis semanas de su bebé demostrara que el mismo/a está libre del virus. Si su bebé fuera VIH-positivo, el tratamiento para la PCP, así como también para el VIH/SIDA deberían ser continuados de por vida.
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